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¿Qué copas de vino debo utilizar?

Cada día vemos en bares y restaurantes una gran multitud de copas de vino diferentes, con tamaños y formas peculiares. Pero, ¿sabemos cuál es la copa correcta para cada tipo de vino? En este post te hablamos de sus características específicas, diferentes según el caldo que contengan.

Detalles básicos

Antes de lanzarte a comprar la primera copa de vino que te recomienden en tu tienda de confianza debes tener en cuenta que siempre deben ser de cristal o vidrio de calidad, incoloro y transparente. Además, es importante que no tengan un espesor superior a 1 mm en las paredes y que el corte en la boca sea siempre recto. Estas características nos permitirán apreciar mejor los matices del vino, elementos como el color, el espesor o el olor.

Partes de la copa de vino

Existe una gran variedad de copas diferentes, cada una tiene un diseño específico por alguna razón: mejorar la degustación, en función del lugar de origen de la uva o de la variedad, etc. A pesar de sus diferencias, la mayoría cuenta con tres elementos básicos: la base, el tallo y el cuerpo.

La base sujeta el peso de toda la copa y aumenta la distancia entre nuestra mano y el cuerpo, para evitar que calentemos en exceso el vino. Es una parte importante porque sujeta todo el peso y su tamaño depende del resto de elementos.

El tallo une la base con el cuerpo y suele ser el elemento que utilizamos para sujetar la copa. Es más largo cuando más grande es el cuerpo, para que la sujeción sea más cómoda. Los tallos largos también se utilizan en copas de vinos frescos, para evitar que transfiramos el calor corporal al contenido.

Es en el cuerpo donde encontramos más cambios y diferencias entre copas. Es el elemento más importante y está formado por la base y el cuello. Las copas con una base ancha son específicas para vinos que necesitan oxigenación, como crianzas. Por el contrario, los vinos más ácidos y frescos se servirán en copas con una base de cuerpo estrecha. Además, un cuello de copa más estrecho se utiliza para vinos más envejecidos y delicados, para potenciar su sabor. Las copas de cuello más ancho se utilizan, a diferencia, con vinos más jóvenes y afrutados.

Copas de vino tinto y vino blanco

Para los vinos tintos, aunque varía mucho en función de sus componentes, se suelen utilizar copas grandes, con bases anchas. Para el vino blanco el tamaño del cuerpo es inferior y la boca de la copa suele ser más abierta. Todo ello evita una oxigenación excesiva y conserva la temperatura.

Existe una amplia guía de copas en función de las características concretas del vino pero aquí te dejamos unas pequeñas recomendaciones para parecer un experto en tus reuniones con familiares y amigos.

 

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