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El vino durante la primera vuelta al mundo

Juan Sebastián Elcano y Fernando de Magallanes emprendieron, en el verano de 1519, la primera vuelta al mundo. Acompañados de 243 tripulantes, repartidos en cinco naves, partieron de Sevilla y recorrieron 46.300 leguas marinas, con el fin de abrir una ruta comercial con las islas de las especias por occidente. Para semejante hazaña, un buen avituallamiento era fundamental para garantizar la supervivencia de la tripulación, ¿pero sabías que en aquella época, el vino era una de las principales exigencias de los marineros para embarcarse en cualquier expedición, incluida la primera vuelta al mundo?

Tras obtener el permiso de la corona y la financiación necesaria, para llevar a cabo esta empresa iniciaron las labores de abastecimiento tanto de útiles de navegación, aparejos de pesca, herramientas y armas, como de víveres. Según figura en el libro de bastimentos que se conserva en el Archivo de Indias, las naves se cargaron con agua, bizcocho, aceite, vinagre, pescado seco, tocino, habas, garbanzos, lentejas, harina, ajos, queso, miel, almendras, anchoas, pasas y ciruelas pasas, higos, azúcar, mostaza, carne de membrillo, arroz, seis vacas vivas y vino.

Entre las reservas de vino constan 353 barriles y 417 botas de vino de Jérez. Y es que, los marineros exigían que se les asegurase “media azumbre diaria” de vino (un litro), que debían consumir repartidos en “cuatro de cuartillos”. Pero, ¿por qué tales demandas? Según decían, para soportar la dura vida a bordo, además de que en la época, era mucho más seguro ingerir vino que agua, ya que esta se corrompía con facilidad.

El premio por el éxito

En septiembre de 1522, la expedición retornó a Sanlúcar de Barrameda con su objetivo cumplido. No obstante, el trayecto no fue fácil, ni mucho menos. Tras pasar múltiples penurias, hambruna y enfermedades, de la nao Victoria desembarcaron 18 tripulantes “flacos como jamás hombres estuvieron” que habían completado la primera circunnavergación de la historia. Al enterarse el rey del éxito de esta aventura, lo primero que les hizo llegar fueron 12 arrobas de vino.

Por todos es conocido que el gusto del ser humano por el vino y su tradición viene de mucho tiempo atrás. Pero, ¿conocías las condiciones que imponían los marineros para embarcarse? Curioso, ¿verdad?

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