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¿Con qué puedo armonizar un vino rosado?

Puede ser importante que el vino armonice con los alimentos que vamos a comer, es decir, que complemente su sabor y saque su mejor partido. Sin embargo, no hay reglas estrictas en cuanto a los gustos individuales. Cada persona puede disfrutar de un vino diferente con su comida preferida y es válido, siempre que le guste y lo aproveche. Además, en momentos concretos pueden apetecernos ciertos vinos que quizás y sobre el papel no casen con lo que vamos a comer. Por ejemplo, un vino tinto con unas cigalas. En estos casos podemos distanciar el trago de vino de la comida y disfrutar de los dos manjares por separado, sin maridarlos. En este artículo nos centramos en el vino rosado y en cómo sacarle partido en tus comidas o cenas.

¿Cómo se elabora el vino rosado?

Muchos desconocen cómo se hace el vino rosado, a pesar de que ha ganado terreno en los paladares de todo el mundo. Se trata de elaboraciones muy similares a las de los vinos blancos pero realizada con mostos procedente de variedades tintas. Según la legislación de cada denominación, podrá incluir también mosto procedente de variedades blancas.

Además, hay dos tipos de vinos rosados: el procedente del prensado y el procedente del sangrado.

En el caso del primer tipo de rosado, las uvas tintas se estrujan y se prensan de la misma forma que en la elaboración de un blanco. Esto extrae un poco de color de las pieles, pero se debe prestar atención para no extraer demasiado tanino. Este método produce generalmente los vinos rosados de color más delicado. En el caso del segundo tipo de rosado, tras el estrujado, en vez del prensado, se procedería a introducir la pasta obtenida en un depósito (encubado) para después macerar el mosto con los hollejos y pulpa de la uva. Una vez finaliza la maceración, llegaría el momento del sangrado que consiste en extraer el mosto por gravedad en lugar de prensando la pasta. En el cual se obtienen vinos de tonalidades más intensas, ya que el tiempo de maceración del mosto con los hollejos es más prolongado

Los vinos rosados se caracterizan por tener un sabor suave y agradable. La mayoría son muy aromáticos con predominación de aromas frutales y notas florales. Suelen ser frescos y sin excesivo cuerpo. Son ideales para tomar en primavera, cuando las temperaturas comienzan a elevarse.

¿Con qué puedo acompañar un vino rosado?

Son vinos muy fáciles de beber que armonizan de maravilla con la dieta mediterránea. Están recomendados para acompañar carnes blancas, verduras gratinadas, platos de pasta, arroces, setas, ahumados, sopas, cremas, aves, tortillas, pimientos e incluso ensaladas. Elige un vino más joven para platos con mariscos y pescados y opta por una variedad más seca o dulce para aderezar platos que tengan salsas con esas características.

La temperatura ideal para servir un vino rosado oscila entre 7-10 grados. Se recomienda servirlo en copas de tamaño mediano para que las características de la frescura y de la fruta sean concentradas y dirigidas hacia el borde de la copa.

 

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