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Otros usos del vino tinto

¿Sabías que el vino tinto puede utilizarse para más cosas que para bebértelo? Aunque es su razón de ser, este caldo de reyes es además un ingrediente fundamental en numerosos platos y recetas. Si preguntas a tus abuelos seguro que llevan empleando en sus comidas un vasito de vino desde hace muchos años pero, ¿conoces las razones? En este post te contamos algunas características y te damos consejos para sorprender en una cena especial con quien tú quieras.

Beneficios del vino

Una de las razones fundamentales de emplear el vino tinto o vino blanco en las recetas, es que es un gran potenciador de sabor. Añadido en su justa medida, sin pasarnos, agrega dulzor y permite que el resto de ingredientes se liguen perfectamente. Los vinos tintos están especialmente indicados para carnes o guisos, mientras que los blancos que son más ácidos combinan mejor con los pescados. Ten en cuenta que aunque en la mayoría de casos utilizamos vinos de mala calidad para cocinar, si empleas un buen vino notarás la diferencia. Agregarás mucho más sabor y calidad al plato.

Más allá del sabor, el vino también añade a tu comida antioxidantes como los polifenoles, que retrasan el envejecimiento celular, proteínas como la melatonina o resveratrol, que nos aporta energía. Un alimento completo con numerosos beneficios para nuestro organismo siempre en pequeñas cantidades.

Salsas y acompañamientos

Aunque la mayoría de nosotros solo utilizamos un vasito de vino para cocinar, otra buena idea es hacer una salsa o un caldo teniendo como ingrediente principal el vino. Existen numerosas ideas de recetas por internet pero hoy te damos las claves para hacer una reducción de vino tinto.

Necesitarás un vasito de Pedro Ximénez, que le aportará ese dulzor característico, ajo, cebolla, zanahorias, maicena, azúcar y mantequilla. Lo primero es pochar la cebolla, el ajo y la zanahoria en una sartén con la mantequilla, posteriormente añadimos dos cucharaditas de azúcar y removerlos. Cuando esté listo el sofrito agregamos medio vaso del vino dulce y lo dejamos reposar sobre 25 minutos a fuego medio y removiendo constantemente. No te olvides de añadir sal y especias al gusto. Posteriormente cuelas la salsa y la añades en una sartén con un poco de mantequilla y sigues removiendo para que se ligue. En un vaso colocas un poco de la salsa y añades 2 cucharaditas de maicena y lo mezclas bien hasta que no queden grumos. Lo incluyes todo en la sartén y lo cocinas a fuego medio hasta conseguir una textura cremosa.

¡Es una receta perfecta para añadir a una carne o estofado! Con estos sencillos pasos conseguirás sorprender a todos tus comensales.

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