sumiller, catar el vino

¿Tienes las características de un buen sumiller?

Un buen sumiller es aquel que tiene los conocimientos y las habilidades sociales necesarias para ayudar al cliente a decidir cuál es el vino que más le conviene. Su profesionalidad está ligada a la calidad del asesoramiento que ofrece, conoce las cartas del restaurante a la perfección y trabaja mano a mano con la cocina para encontrar el maridaje perfecto para cada plato.

Al margen de esto, ser sumiller no es un trabajo fácil. Muchos pueden ser buenos catadores, pero para destacar en este mundo, es necesario tener ciertas cualidades que te conviertan en todo un profesional del vino, ¡y quizás tú tengas alguna de ellas!

Ante todo, vives el vino

Por supuesto, tener una amplia cultura en el sector y estar siempre al día con las novedades, es un requisito indispensable para esta profesión. Es necesario conocer como la palma de la mano las tipologías vinícolas, regiones productoras, variedades de uva, armonías, temperaturas y formatos de copas entre otros. Esto solo lo consiguen los que viven la profesión y disfrutan aprendiendo sobre ella cada día. Los clientes reconocen a un verdadero amante del vino y notarán si el sumiller tiene esa sensibilidad especial.

Tienes dotes de psicólogo

El sumiller posee el don de interpretar el gusto y el presupuesto de los comensales con solo verlos entrar al restaurante. Una vez reconocido el perfil del cliente, con psicología y amabilidad, podrá descubrirles vinos que no pensaban probar, hacerles soñar y abrirles un mundo de posibilidades.

Eres curioso

Estar dispuesto a probar y descubrir qué expresa un vino es para personas curiosas que quieren ir más allá con el único objetivo de disfrutar del viaje.

Eres generoso

Acompañar a alguien a catar un vino es compartir una experiencia única. Esto conlleva descubrir cómo es, qué personalidad tiene y comparar opiniones con el otro. Ahí es donde reside la generosidad del sumiller, comparte todo lo que sabe y siente con el cliente para que saque el máximo provecho a la experiencia.

La humildad es tu fiel aliada

Al margen de los conocimientos, el sumiller tiene que ser consciente de que hay un mundo entero por catar, lo cual es una suerte porque significa que quedan muchos sabores y olores por descubrir y muchas formas diferentes de trasmitir esa pasión por el vino a los demás.

Queda claro que el sumiller tiene una personalidad muy especial y es tan amante del vino como de la vida. Disfruta de su profesión como el que más y cuando prueba un vino que le maravilla no puede esperar a compartirlo. Y tú, ¿te sientes identificado?

 

 

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