20 Mar ¿Cómo leer las etiquetas del vino?

Está claro que lo primero que hacemos una vez que vamos a comprar un vino es leer su etiqueta. Pues es la seña de identidad y garantía del vino.

Sin embargo, lo que mucha gente no sabe, es en qué debemos fijarnos exactamente porque las etiquetas suelen ser escuetas en información, ya que, aquí manda la imagen. Muestran los datos básicos del vino, como son el nombre, el logotipo, graduación, tipo de vino, bodega y poco más.

¿Entonces dónde está la información completa del vino? En la contraetiqueta. Es aquí donde nos tenemos que centrar si queremos conocer información detallada sobre el vino que vamos a comprar o consumir.

Estos datos adicionales, pueden servir de mucha ayuda para saber si el vino merece la pena o no. Pero antes de elegir la mejor botella es importante saber lo que nos dicen los conceptos detallados en cada una de ellas, y por eso, a continuación, comentaremos qué significa algunos de estos datos para que aprendamos a leer las etiquetas del vino:

– Edad de las cepas

Este concepto es determinante para conocer la calidad del vino. Cuanto más vieja es la cepa, el vino resultante es mejor. Para hacernos una idea, una vid tiene una media de vida de 50 años, pero las hay que duran mucho más.

– Altura del viñedo

Igual que en el anterior, cuanto más alto, más calidad. La uva será mejor cuando haya mayor contraste térmico.

– Tipo de terreno

Las condiciones del suelo en el que se plantan las viñas es un factor muy importante para conocer la excelencia del vino.

Cuanto más cueste andar descalzo sobre él, mejor. Por ejemplo, los terrenos pedregosos, arcillosos o arenosos son opciones perfectas, puesto que, las cepas tienen más dificultad para producir uvas, y lo poco que producen, es de mejor calidad.

– Selección de la uva y la distancia de la viña

Otro factor es la cercanía entre el viñedo y la bodega. En este caso, cuanto menor sea el trayecto, mejor. Ya que, la uva sufrirá menos si hay pocos metros.

– La gravedad

Hace referencia a la presión que se somete la uva en su proceso de elaboración. Cuanto menos se zarandee y se presione, el vino será de mejor calidad.